La salud bucal debe ser una parte integral de la atención prenatal. Y aunque sabemos que es un tema importante, algunas mujeres embarazadas no reciben los servicios adecuados. Los profesionales de atención prenatal pueden desempeñar un papel muy importante a la hora de concienciar a las mujeres embarazadas sobre la importancia de su salud bucal. Además, pueden disipar algunos conceptos erróneos, como la creencia de que el sangrado en la boca es “normal” durante el embarazo, que no se puede evitar el dolor durante procedimientos dentales, que las radiografías durante el embarazo son perjudiciales para el feto y que hay que dejar el tratamiento dental hasta después del embarazo.
Los profesionales de atención prenatal pueden informar a las mujeres embarazadas sobre los cambios fisiológicos y hormonales que se producen durante la gestación, como el desequilibrio del microbiota oral, el incremento de la permeabilidad vascular, náuseas y vómitos, etc. Estos cambios pueden tener las siguientes repercusiones orales:
1. Enfermedad periodontal. Iniciándose generalmente en forma de gingivitis del embarazo, implica una hipersensibilidad de las encías exacerbada por el incremento de la permeabilidad vascular. Con ello, se irritan más fácilmente y de no tratarse tienden a desarrollar periodontitis, etapa más severa de la enfermedad periodontal que conlleva movilidad dentaria y hasta pérdida del diente como consecuencia de la destrucción del ligamento periodontal. Ambas se detectan visualmente por la presencia de sangrado tras estímulos físicos y por pasar de una tonalidad rosácea de las encías en estado sano, a un rojo intenso durante la periodontitis.
2. Movilidad dentaria, que aparecerá si la enfermedad periodontal se agrava.
3. Caries, debido a la ingesta de alimentos criogénicos durante todo el día sin prestar atención a la higiene bucal tras el consumo de estos alimentos. Cabe recordar que el cepillado ha de ser como mínimo 2 veces al día o después de cada comida.
4. Épulis gravidarum (tumor/granuloma del embarazo), suele aparecer a partir del segundo trimestre del embarazo y puede desaparecer de forma espontánea después del parto.
5. Erosión dental, debida a una mayor exposición al ácido gástrico procedente del estómago durante náuseas y vómitos característicos del primer trimestre de gestación.
6. Xerostomía, debida a cambios fisiológicos y hormonales de esta etapa que provocan una disminución en la salivación bucal.
7. Sensibilidad dental, consecuencia de la erosión dental, al disminuir el grosor del esmalte y exponer de esta forma los túbulos dentinarios.
8. Halitosis, el mayor consumo de alimentos entre horas, y las náuseas y vómitos, se traduce en una falta de higiene bucal, lo que acabará provocando un mal aliento.
La mejora de la salud bucal durante el embarazo no solo mejora la salud general de las mujeres, sino que también contribuye a mejorar la salud de sus hijos. De hecho, la patología periodontal puede convertirse en un problema durante el embarazo, al poder entrar en el torrente sanguíneo y diseminarse a nivel sistémico tanto las bacterias periodontales, como las señales pro inflamatorias localmente liberadas en el periodonto. Este problema sistémico se debe en mayor medida al aumento de la permeabilidad vascular, y puede conllevar una acumulación a nivel fetal de patógenos periodontales y mediadores de la inflamación, aumentando así el riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer, preeclampsia/eclampsia.
La Academia Americana de Periodontología insta a los profesionales de la salud bucal a proporcionar servicios de prevención al principio del embarazo tan pronto como sea posible y tratar la infección aguda o fuente de sepsis, independientemente de la etapa del embarazo.