El lupus es una enfermedad autoinmune, es decir, el propio sistema inmunitario ataca las células y tejidos sanos por error. Esto puede dañar muchas partes del cuerpo, incluyendo las articulaciones, piel, riñones, corazón, pulmones, vasos sanguíneos y el cerebro.
Hay varios tipos de lupus:
- Lupus eritematoso sistémico: Es el más común. Puede ser leve o grave, y puede afectar a muchas partes del cuerpo
- Lupus discoide: Provoca una erupción en la piel que no desaparece
- Lupus cutáneo subagudo: Provoca ampollas después de estar al sol
- Lupus inducido por medicamentos: Es causado por ciertas medicinas. Por lo general, desaparece cuando se deja de tomar el medicamento
- Lupus neonatal: No es común y afecta a los recién nacidos. Es probable que sea causado por ciertos anticuerpos de la madre
¿Qué causa el lupus?
No se conoce la causa del lupus.
¿Quién está en riesgo de tener lupus?
Cualquier persona puede padecer lupus, pero las mujeres están en mayor riesgo. El lupus es dos a tres veces más común en las mujeres afroamericanas que en las de raza blanca. También es más común en las hispanas, asiáticas y nativo americanas. Las mujeres afroamericanas e hispanas son más propensas a padecer formas graves de lupus.
¿Cuáles son los síntomas del lupus?
El lupus puede tener muchos síntomas que difieren de una persona a otra. Algunos de los más comunes son:
- Dolor o hinchazón en las articulaciones
- Dolor muscular
- Fiebre sin causa conocida
- Erupciones rojas en la piel, generalmente en la cara y en forma de mariposa
- Dolor en el pecho al respirar en forma profunda
- Pérdida de cabello
- Dedos de las manos o pies pálidos o de color púrpura
- Sensibilidad al sol
- Hinchazón en las piernas o alrededor de los ojos
- Úlceras en la boca
- Glándulas inflamadas
- Cansancio extremo
Los síntomas pueden aparecer y desaparecer, a esto se le llama "brotes". Los brotes pueden ser leves o severos, y nuevos síntomas pueden aparecer en cualquier momento.
¿Cómo se diagnostica el lupus?
No existe una prueba específica para el lupus, ya que a menudo se confunde con otras enfermedades. Pueden pasar meses o años hasta que un médico lo diagnostique. Su médico puede usar muchas herramientas para hacer un diagnóstico, como:
- Historia clínica
- Examen completo
- Análisis de sangre
- Biopsia de piel
- Biopsia de riñón
¿Cuáles son los tratamientos para el lupus?
No existe una cura para el lupus, pero medicamentos y cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlarlo.
Las personas con lupus a menudo tienen que ver varios médicos. En principio, usted tendrá un médico de atención primaria y un reumatólogo (un médico que se especializa en las enfermedades de las articulaciones y los músculos). Dependiendo de cómo el lupus afecte a su cuerpo, quizás deba ir a otros especialistas. Por ejemplo, si el lupus causa problemas al corazón o vasos sanguíneos, usted podría ver un cardiólogo.
Su médico de atención primaria debe coordinar la atención entre los diferentes proveedores de salud y tratar otros problemas a medida que aparezcan. Su médico va a desarrollar un plan de tratamiento para satisfacer sus necesidades. Usted y su médico deben revisar el plan para asegurarse que está funcionando. Debe informar de inmediato si aparecen nuevos síntomas para cambiar el tratamiento si es necesario.
Los objetivos del plan de tratamiento son:
- Evitar los brotes
- Tratar los síntomas cuando se produzcan
- Reducir el daño a los órganos y otros problemas
Los tratamientos pueden incluir medicamentos para:
- Reducir la inflamación y el dolor
- Evitar o reducir los brotes
- Ayudar al sistema inmunitario
- Reducir o prevenir el daño a las articulaciones
- Equilibrar las hormonas
Además de tomar medicamentos para el lupus, es posible que deba tomar medicamentos para problemas relacionados con el lupus, como colesterol alto, presión arterial alta o infecciones.
Los tratamientos alternativos son aquellos que no son parte del tratamiento estándar. En este momento, no hay investigaciones médicas que indiquen que las terapias alternativas sirven para tratar el lupus. Algunos enfoques alternativos o complementarios pueden ayudarle a sobrellevar o reducir el estrés asociado a vivir con una enfermedad crónica. Usted debe hablar con su médico antes de intentar cualquier tratamiento alternativo.